UN VETO SIN SENTIDO

Por Juan Carlos Céspedes

      Una Cumbre de países americanos sin la presencia por veto de uno de ellos no tiene sentido, y no tiene sentido si quien veta es el mayor violador de derechos humanos del mundo (USA). No nos digamos mentiras, Cuba no es ejemplo de democracia, y los hermanos Castro junto con su comité central, o como quieran llamarlo, que no me interesa, siguen empeñados en un pulso solitario con este gigante abusivo que pretende doblegarla, no ya por un asunto de “seguridad nacional”, que hace tiempo la Isla dejó de ser un peligro (si alguna vez lo fue) con la caída de la Unión Soviética, sino que se trata de enviar un mensaje a las demás naciones de su patio trasero que pretendan organizarse sin su visto bueno. 

      Pero lo más lastimero es la mansedumbre del resto de países americanos que no ejercen su soberanía para hacer valer sus posiciones. En calzas prietas estuvo el gobierno colombiano, que organiza la próxima Cumbre, para sortear este palo en la rueda, una intensa actividad para convencer a algunos países que como Venezuela, Bolivia y Ecuador sentaron su voz de protesta ante el veto, pero al final sólo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, se mantuvo firme en su negativa de asistir, hecho que a los Estados Unidos le importa un bledo. Esta decisión opino que es desacertada, pues hubiera sido más importante enfrentar directamente a Obama —el premio Nobel más ligeramente otorgado― y a su  séquito de políticos y capitalistas de línea dura y sentar una enérgica voz de protesta.  Esto no es un imposible, ya se logró en el 2009 en Honduras, cuando los cancilleres de 34 naciones que asistieron a la 39ª Asamblea General de la Organización de 47 años de haber sido expulsada a instancias de Washington.

Para los de corta memoria, he aquí un pequeño prontuario de los Estados Unidos: El robo de la mitad de México, uso criminal de la Bomba Atómica sobre dos ciudades inermes, invasión a Vietnam, a Cuba (Bahía Cochinos), Grenada, a Panamá, anexión de Puerto Rico, las peripecias criminales de Oliver North (contrabando de drogas y armas), apoyo a dictadores como Pinochet, la cúpula militar argentina que se inventó una guerra urgente, Aparicio Méndez en Uruguay, Alfredo Stroessner en Paraguay, Hugo Banzer en Bolivia,  Juan Velasco Alvarado en Perú, Humberto Branco en Brasil, Manuel Antonio Noriega en Panamá, Somoza en Nicaragua, Duvalier (padre e hijo) en Haití, Rafael Leonidas Trujillo en Rep. Dominicana, el apoyo a Israel contra el exterminio del pueblo palestino, las “armas de destrucción masiva” para invadir Irak, en fin, la lista es bastante larga y descorazonadora. Ahora, ¿es este el país con autoridad moral para vetar a Cuba? Es el maniqueísmo llevado a su más extremo cinismo.

      Lo cierto es que Cuba ha descuidado su presencia política y diplomática en la esfera mundial, quizás están más preocupados en su situación interna, con un Fidel enfermo y retirado forzosamente del poder, con un Raúl sin el carisma de su hermano, con un pueblo que reclama cambios urgentes, con la pérdida paulatina de los logros de la Revolución merced al bloqueo infame de Estados Unidos, por la pésima imagen como violadores de los más elementales principios democráticos. Pobre ha sido la actividad de la cancillería cubana para recuperar los espacios perdidos desde que fue expulsada de la OEA en 1962. Desde el 2009, fecha en que se logra su reivindicación, la actividad diplomática ha dado pocos frutos, y es desde la OEA donde Cuba debe dar la batalla por su derecho a existir, pero también debe entender que las épocas de los regímenes totalitarios no tienen cabida en la era de la globalización. La fórmula es muy simple: No puedes acusar, si todos los dedos se pueden volver hacia ti.

      En Cartagena de Indias, los días 14 y 15 de abril de 2012, se celebrará la VI Cumbre de las Américas, sin la presencia de Cuba, única nación americana que no asistirá, porque no se logró el “consenso” para su invitación, pero tendrá sin embargo protagonismo en ese foro por iniciativa de países latinoamericanos que quieren que ésta sea la última cita continental sin participación cubana.  Habrá derroche de discursos, apretón de manos, sonrisas forzadas, mucho dinero gastado, artistas para entretener a los invitados y un puñado de naciones intentando mantener la dignidad en solitario contra una estrategia única de los Estados Unidos: mantener la división y ahondarla aún más para seguir siendo el gran coloso sobre la tierra, God Bless America, la de ellos, la de sus intereses económicos y políticos, porque no hay Dios para nadie más.

Cuando estén frente a Obama, que nuestros presidentes no olviden que están frente al representante de la nación más endeudada del mundo, donde el bienestar de su gente depende de los grandes sacrificios que padecen todos los habitantes desde el Rio Grande hasta la Patagonia. Para ellos somos seres de segunda y nuestra importancia radica en cuán útiles podemos serles. A nuestros mandatarios solo se les pide dignidad y decoro, no más traiciones a sus pueblos, los ojos de la historia está sobre ellos.