lunes, 6 de octubre de 2014

Los homenajes deben ser en vida

Palabras para un maestro y amigo: Fernando Cely Herrán

Por Juan Carlos Céspedes Acosta

Justo cuando escribo estas palabras, sucede la muerte del sonero Hugo Alandete, y los buitre corren a hacer en muerte, lo que nunca hicieron en vida: Homenajes.

       En un país sin memoria, donde el olvido es siempre lo normal, cientos de seres maravillosos, que nos han enriquecido con sus talentos, terminan sus días muchas veces en la más triste de las miserias. La lista es larga, pero no es el momento de hacer este inventario de la infamia,  ni de escudriñar en nuestros actos para verificar nuestras responsabilidades. Es la hora oportuna para celebrar, celebrar que nos hemos convocado a demostrar que sí se puede ser justo con los artistas, que en vida sepan del aprecio que les profesamos, que les agradecemos toda la obra que nos han legado. Porque no hay que esperar su desaparición, ni sus momentos de crisis, ni sus estados más amargos del alma. El artista merece y tiene derecho a su reconocimiento pleno, cuando está vital, cuando puede gozar del trabajo de sus manos o de su intelecto. 

   
Es por ello que hay que felicitar al municipio de Pauna, y a su señor alcalde, Omar Cazallas Sánchez, y al coordinador general del Séptimo Encuentro de Escritores Paunenses, Wilson Aponte Castillo, por la feliz idea de homenajear a un hombre, a un artista, a un gran ser humano, FERNANDO CELY HERRÁN, un gran poeta bogotano, que ha dedicado toda su vida, a hacer del mundo un lugar mejor y más amable. Para ello se ha valido de la palabra, la que esgrime con conocimiento y temple, con una voz propia, un estilo depurado, y una gran capacidad de capturar este universo que es la vida y sus posibilidades de habitarnos.

       Es un escritor con una obra consolidada, no es un aparecido de la noche a la mañana, nadie lo ha inflado para que aparezca en los primeros planos del mundo literario, sino que por el contrario, la
suya es una carrera, con todo lo que ella puede implicar para el artista, que nunca serán solo momentos de victoria, que a los buenos artistas los hacen más los reveses, que las mieles del triunfo. Pero nuestro poeta Fernando Cely ha superado más de un obstáculo y hoy puede mostrarle al país, y al mundo, ¿por qué no?, una obra respetable, que va desde poesías, canciones, ensayo, microtextos, etc. Pero otra de sus nobles facetas es la de compartir el conocimiento, hecho que por sí solo, le merecería este homenaje que recibe en tierras de libertad, como es el suelo boyacense.

      Para no hacerme extenso, quiero felicitar a los organizadores del evento por el tino y la nobleza de escoger a uno de los nuestros, a un poeta, como destinatario de esta justísima distinción, y al maestro, nuestro querido Fernando Cely, enhorabuena por este homenaje. Sabemos que sigues en el camino, y conociendo tu estirpe guerrera, muchos más triunfos vendrán. Por esto digo: ¡Salud y larga vida al poeta! 

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